Un hecho es suficiente para
hacer de una persona un cuerpo inerte.
Una palabra, aunque parezca
mentira, puede guarir la más honda de las heridas.
Una mirada puede hablar con
un barbullo esotérico que sentido a todo le puede dar.
Un gesto recalca lo que no
se ve ni se dice y sólo se palpa.
Y un silencio… ¿cómo saber
si hacemos bien de quererlo interpretar?
Anna.
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Pel·lícula: Never let me go.
Tanto el libro como la película ocupan un lugar especial en mi corazón. Si el libro ya me cautivó con la fuerza que la prosa de Ishiguro desprendía, la película en sí me pareció genial. No solo por el reparto, que ya sería razón más que de sobra, sino por el ambiente y el tono de cada fotograma, que anuncia el preludio del fatídico final que les aguarda.
ReplyDeleteLa escena en la que ella observa al horizonte y cree que los vislumbra a lo lejos, me dejó perpleja. Creo que nunca una película me había emocionado tanto.
Un beso, bonita.
Qué precioso texto, igual que los diálogos de las imágenes. No vi ni leí libro o película según dicen arriba, pero creo que me estoy perdiendo de algo muy importante al no hacerlo. Voy a ponerlos en mi lista de pendientes.
ReplyDeletesilencis traIdors que punxen
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